lunes, 3 de septiembre de 2012

Can Any Mother Help Me?, de Jenna Bailey

Voy a dedicar este mes de septiembre, eterno mes de propósitos y novedades, a desempolvar entradas no publicadas que quedaron en borrador en ocasiones no sé muy bien por qué y en ocasiones porque les faltaba un hervor (hervor que a veces les he intentado dar al cabo de los meses o que ni me he molestado porque a veces es imposible: como el agua para un buen té, hay entradas que no se deben intentar hervir dos veces; lo suyo sería empezarlas de nuevo, pero creo que acabaríamos en las mismas). Son entradas de series/lecturas que pasaron ante nuestros ojos hace ya meses, publicadas ahora sin orden ni concierto.

Esta entrada la escribí en algún momento de la primavera. 

Cuando te dicen que un niño te cambia la vida no es difícil imaginar que te la cambie en muchos ámbitos como hábitos, tiempo libre, horarios, etc. Lo que no se puede imaginar hasta que no estás inmerso en ello es el alcance de dicho cambio, que a veces llega incluso a rozar la propia personalidad. Yo antes en cuanto podía me refugiaba en casa, preferiblemente en el sofá, salía lo justo y poco más. Andar por andar, salir por salir, la gente que usa expresiones como "se me cae la casa encima" cuando están un rato en casa, me parecían no sólo incomprensibles sino de locos. ¿Dónde mejor?

Pues bien, Héctor llegó a nuestras vidas y yo paso mucho tiempo paseando, fuera de casa, con preferencia por ir con alguna "misión" pero aceptándolo si sólo es cuestión de pasear por pasear. Héctor es feliz en la calle, se queda en éxtasis mirándolo todo sin perder detalle y se gana su fama de "niño tranquilo", ya que no siempre lo es.

Algo similar ocurrió con las relaciones sociales. Un niño, lo quieras o no, es un rompedor de hielo en las relaciones sociales. En la panadería antes esperabas tu turno sin más, ahora es raro el día que no entablas conversación con un desconocido. Antes yo miraba con cara de "están locas" a las madres que se ponían al corriente de sus niños en las consultas del médico, que se apuntaban a talleres y grupos y ahora... ahora y después de - reacción inesperada inicial - haberme apuntado a un grupo posparto tras el verano pasado, llevo casi un año quedando un día a la semana con un grupo de (menos de 10) madres cuyos niños nacieron entre junio y noviembre del año pasado. Y es curioso. Es curioso verte con tus ojos de yo antiguo y sorprenderte de tener ganas de ir a la reunión, de verte pasándolo bien en la reunión, comentando anécdotas, compartiendo - y a veces despejando - dudas y viendo a niños de edades similares crecer, cada uno a su ritmo, verles que ya desde pequeñitos sus personalidades son muy diferentes. Con unas entablas más amistad que con otras (al fin y al cabo tener un niño nacido más o menos en la misma época no es garantía de nada), pero en general es un rato agradable y relajado y de risas. Es curioso salir por donde antes ibas de incógnito y ahora, en general, no volver a casa del paseo sin haberte encontrado con alguien ya conocido. Es curioso ir a salir pero asegurarte por whatsapp de si alguien más va a salir y así que el paseo se haga más ameno. Es curioso porque es como volverte un poco otra persona, una persona a la que antes, además, no entendías en lo más mínimo.

Y por todo eso y por el hecho de que además era la segunda vez que lo tenía en las manos a dos libras la última vez que estuvimos en Londres el pasado puente de diciembre no pude dejar pasar Can Any Mother Help Me? de Jenna Bailey, que cuenta la creación y desarrollo del CCC (Co-operative Correspondence Club), un grupo de mujeres que, a raíz del grito de ayuda del título, publicado en una revista de temas infantiles, en que una madre hablaba de su soledad criando a sus hijos, preguntaba qué podía hacer para que los días se le hicieran más llevaderos. Las mujeres que le respondieron decidieron formar el CCC, una especie de revista casera a la que los miembros del grupo (cerrado, no abierto a cualquiera) enviaban cartas en papel de determinado formato que iban uniendo y donde las otras madres hacían comentarios. Es decir, que los foros y los blogs son un formato más de algo que ya se había inventado. Por lo visto no es el único de su especie, pero sí que es el único al que se ha tenido acceso.

Un grupo así es una fuente de sabiduría, sobre todo en lo que se refiere a cómo era la vida en esos años: el grupo estuvo en marcha desde los años treinta hasta los noventa. Si siempre se dice que el siglo XX es un siglo apasionante históricamente hablando, un grupo de mujeres que cuenta sus vivencias en el Reino Unido durante seis décadas de ese siglo es impresionante. Y, de nuevo, leyéndolo, reflexioné sobre aquello que le gustan tanto decir a la gente de que todo tiempo pasado fue mejor y de nuevo concluí que no, que no lo es en absoluto, que ya me gustaría ver a quienes lo dicen en situaciones cotidianas y extraordinarias similares a las que narran estas mujeres.

Si le pongo alguna pega al libro es al hecho de que la selección no siempre me parece completa. No quiero decir que hubiera podido prescindir de trozos del libro ni mucho menos, pero sí que estoy segura de que hay infinidad de cosas que se han quedado fuera y que tienen que ser igual de interesantes o más que las incluidas.

Aun así conocer el día a día de otras personas de otros tiempos siempre me parece la mejor lectura.

25 comentarios:

  1. Ay! no sabes como te entiendo, q pena q vivas tan lejos sino me apuntaba a ese club tuyo. Oye y la idea del libro me encanta, lo habrá en cristiano??

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    1. Me temo que no está traducido. Cuando tengo constancia de ello siempre pongo información acera de la traducción, que sé que no todo el mundo quiere/puede leer en inglés.

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  2. Cada vez que veo el anuncio de Nenuco recuerdo a todas las madres que conozco, es tan verídico lo que dice.
    Y seguro que ahora no podéis imaginar que el dia a dia pueda ser de otra forma, sacrificio de muchas cosas, pero pleno de vida.

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    1. Últimamente vemos tan poco la tv de verdad (suena snob, pero lo cierto es que últimamente todo lo que vemos es programación propia) que tuve que buscar en internet el anuncio porque me picaste la curiosidad. Me gustó y Héctor además usa Nenuco ;)

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  3. ¡Qué gracia! Creo que a mí no me pasó eso, o quizás no recuerdo cómo era yo antes de tener a mi hija, no sé.

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    1. Bueno, si no lo recuerdas será que no te ocurrió ;)

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  4. No sólo pasa con los hijos...las mascotas ejercen casi la misma influencia. :D
    Y ves publicando entradas mal hervidas que a nosotros nos van a saber a gloria igualmente...

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    1. Jajaja... cierto, cierto. Lo llamaremos sacar a pasear y a tomar el aire a seres vivos ;)

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  5. Pues aunque tú la consideres mal hervida, a mí me ha gustado esta entrada. ¡Pronto Héctor te dejará retomar el ritmo! Recuerdo bien que hay un momento cuando tienes hijos pequeños en que acabas relacionándote sólo con gente que tiene hijos de esa edad. Es casi inevitable. Algunas amistades perduran, otrs muchas se van perdiendo a medida que el vínculo de los hijos se deshace.

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    1. Bueno, pero eso de las amistades del momento que no siempre duran pasa con todas las etapas de la vida. Es una forma de ir filtrando, aunque en el momento no nos guste. Yo ya sé que algunas de las madres que ahora veo casi todas las semanas dentro de un tiempo serán meras conocidas, si llega. Qué le vamos a hacer.

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  6. Hola Cristina, después de mil años dejo un comentario en tu blog. Ahora mismito voy a leer las entradas antiguas (y veo que tenemos crónica de viaje, con lo que me gustan!!!).
    A mi, mi peque me ha cambiado únicamente los hábitos televisivos: no he visto una película entera desde que nació!! Pero los sociales todavía no lo ha conseguido, por una parte seguimos quedando con los mismos amigos y por otra, al haber nacido en Barcelona, no haber hecho ningún curso de preparación al parto ni de post-parto, y ahora que he comenzado a trabajar, mis padres hacen de canguro y no uso guardería, todavía no conozco madres en mi misma situación.
    Un beso muy grande!!

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    1. ¡¿Ya has vuelto al trabajo?! Qué rapidez y qué suerte lo de poder dejar a Ares con tus padres, seguro que ambas partes están encantadas.

      El curso de preparación al parto lo hice sin ganas y me di cuenta de que lo que imaginaba era cierto: no sirve de nada. El de posparto, en cambio, aunque supongo que depende de cómo se enfoque, etc, me parece una idea mucho mejor. Al principio es un gran apoyo conocer a gente que está pasando o acaba de pasar por lo mismo que tú. Surgen mil ideas y consejos o, en caso de sequía mental, sirve de desahogo.

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  7. Me ha parecido una entrada muy completa, nada de falta de un hervor. Menudo cofre del tesoro debe de ser tu cuenta de blogger si está llena de "entradas a medio escribir" de este calibre. :)

    Recuerdo haberme interesado por este libro cuando lo añadiste a goodreads y haberme sorprendido tanto como tú por la intemporalidad del CCC. Parece un buen libro incluso para las que no somos madres.

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    1. Gracias por lo que dices.

      El libro es recomendable en cualquier situación, efectivamente. Porque está estructurado de forma que no sólo se hable de cosas de ser madre, sino que estas mujeres eran un grupo tan variado que tocaban todos los temas posibles. Es muy, muy curioso.

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  8. Pienso que tener un hijo no te cambia la vida solo en cuanto a habitos, horarios o forma de relacion social, que si. Creo que cambia, esa es al menos mi experiencia, tu posicion vital, ya nunca eres otra vez solo tu, eres ademas en todo momemto y lugar la madre de ese hijo, y eso afecta tu estructura personal, tus coordenadas vitales.

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    1. Me ha gustado mucho eso que has dicho, anónimo.

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  9. Coincido plenamente contigo, cuando tienes un hijo cambia tu forma de vida y tu forma de ser totalmente. La responsabilidad se instala en u vida y con ello el sacrificio
    Besos
    Emma

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    1. Sí, pero bueno, la contrapartida a la responsabilidad y el "sacrificio" (me cuesta llamarlo así, la verdad) pesa mucho más.

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  10. Me alegro que recuperes entradas antiguas( para mi no le falta un hervor), sobre todo si son de temas tan interesantes. La vida cotidina tiene para mi un efecto de llamada casi mágico.
    Por lo que respecta a tus nuevos hábitos un hijo supone muchos cambios( aunque y no sea madre) Besos

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    1. Te pasa con lo de la vida cotidiana igual que a mí es un efecto llamada muy difícil de explicar a la gente que no lo comparte y que sólo le encuentra la gracia a aquellas narraciones fuera de lo común. Yo soy capaz de entender por qué a ellos les llaman la atención esas historias, pero a ellos (o ellas, ojo) les cuesta mucho entender qué tiene de interesante una vida normal y corriente diferente a la tuya.

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  11. Cuánta razón tienes… Yo también era de las de quedarme encantada en mi casa y cuando nació Inés no veía la hora de dar el paseo diario. No hacían falta ni excusas. :-) El libro de hoy me parece muy interesante, lo buscaré en la biblioteca. ¡Besos!

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    1. A mí tampoco me hacen falta excusas, pero si tengo una pequeña misión se me hace un poco más llevadero, que pasear por pasear a veces da pereza, sobre todo si ya te conoces la zona como la palma de tu mano. Y además por estos lares no tenemos las zonas verdes y los parques que tenéis por ahí y que yo echo de menos siempre que me topo con un parque de cemento o de arena con tres árboles raquíticos.

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  12. Qué bien suena Cristina. Me encantaría leerlo ahora mismo. Tomo nota del libro, en esa interminable libreta de libros que crece y crece sin termino.
    Me ha gustado mucho esa expersión tuya acerca de la entrada "medio a hervir"...y llevandola al té...a mí me ha gustado mucho leerte...y para nada pienso que esté a medias, pero entiendo lo que quieres decir. A mí hay entradas que tengo sin terminar...y que cuando las vuelvo a retocar...las estropeo o eso es lo que siento.
    Me gusta esta idea tuya de ir dejándonos esas entradas "sin terminar" de la bandeja de borradores.
    Un beso y feliz día!!

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    1. Me alegra que entiendas esa sensación que producen esas entradas dejadas a medias que se vuelven intocables. Antes apenas tenía de esas y ahora tengo un montón y me da pena que se queden ahí enterradas. Mejor que salgan a medio hervor a pesar de todo.

      Te animo a ponerlo en práctica, es extrañamente liberador ;)

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  13. Me siento muy identificada con todo lo que cuentas, desde que nació mi hijo (16 meses) mi blog está completamente abandonado y mi vida se ha "bouleversé" del todo (siento poner una palabra en francés en un blog tan british, pero no encuentro otra mejor), aunque para bien ;)

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