sábado, 29 de diciembre de 2012

How Reading Changed My Life, de Anna Quindlen

Pensaba que sería cosa del año pasado, pero no, este año tampoco he hecho estadística de libros leídos. Con lo ordenada que he sido yo siempre con esto y este año qué caos librero. Descubro para asombro de quien fui que no pasa nada, que no comentar un libro o no anotar que se ha leído o despistarse a la hora de apuntarlo en el cuadernito de libros no deshace el hecho de que se tenga o se haya leído.

En 2012 pasó algo inesperado: alguien se ofreció a pagarme por leer libros. Libros además en mi línea, no libros que no me dicen nada. Eso es un "trabajo" de ensueño y lo demás son tonterías. Lo "malo", si es que hay algo malo en todo esto, es que no puedo hablar de esos libros aquí y que mi estantería echa de menos a aquella plasta que cada dos por tres se plantaba delante buscando qué leer ahora. Pero si el lado malo de todo en la vida fuera así creo que firmaría todo el mundo.

Con el descontrol librero soy incapaz de cuantificar cuántos libros he leído este año. Y prefiero no hacerlo y quedarme con la ilusión de que, para el tiempo reducido y limitado (párpados, ¿por qué pesáis tanto cada noche?) que dedico a la lectura, la impresión que tengo es que este año he leído más de lo que imaginaba que podría leer. Si contara los libros leídos es posible que se explotara la burbujita feliz. El caos, como Héctor descubre todas las tardes esparciendo sus juguetes por la casa, contribuye a la felicidad.


Pero no puedo acabar el año sin mencionar este librito, que se lee en una sentada (yo he tardado varias por los dichosos párpados) y hará las delicias de cualquiera que haya entendido de qué hablo en los párrafos anteriores. Si le habéis encontrado sentido a eso de plantarse delante de la estantería, a lo maravilloso que es pensar en lo mucho que se ha leído, entonces este es vuestro libro.

A Anna Quindlen la conocí a través de su Imagined London. Allí se mencionaba este y llamándose How Reading Changed My Life (sin traducir, que yo sepa, pero significa "cómo la lectura me cambió la vida") se fue directo a la wishlist y enseguida directo a la cesta.

Que nadie se llame a engaño: no voy a decir que este libro sea parecido a Ex-Libris de Anne Fadiman, porque no lo es, pero sí que voy a decir que es ese tipo de libro en que parece que conoces a quien lo escribe de toda la vida, en que con cuatro palabras una anécdota toma vida propia y se vuelve casi más real que otra contada por un conocido. Es un libro espontáneo, como una conversación fluida sobre la lectura.

Anna Quindlen comienza hablando de su familia, de los libros que la rodeaban, de cómo ella sólo quería leer más y más, de cómo leer a veces se percibe como un acto de superioridad cuando en realidad quienes de verdad adoran leer no lo ven así, sino como una necesidad más. De qué libros la formaron, de las actitudes snob con ciertos autores, ciertos libros y ciertos lectores. De por qué leemos y por qué leemos lo que leemos. Y, quizá la parte más tediosa, de las nuevas tecnologías y la lectura. Teniendo en cuenta que el ensayo es de 1999, mucho ha llovido desde entonces en este tema, pese a que debo decir en su defensa que  no está demasiado fechado y es bastante abierto de mente. Pero poco importa, son meras páginas que siguen a unas páginas estupendas.

¿Quién no se identifica con esto?

There was certainly no talk of comfort and joy, of the lively subculture of those of us who forever fell asleep with a book open on our bedside tables, whether bought or borrowed. Of those of us who comprise the real clan of the book, who read not to judge the reading of others but to take the measure of ourselves. Of those of us who read because we love it more than anything, who feel about bookstores the way some people feel about jewelers. The silence about this was odd, both because there are so many of us and because we are what the world of books is really about. We are the people who once waited for the newest installment of Dickens's latest novel and who kept battered copies of Catcher in the Rye in our back pockets and our backpacks. We are the ones who saw to it that Pride and Prejudice never went out of print.

¿Y qué me decís de esto?

Perhaps it is true that at base we readers are dissatisfied people, yearning to be elsewhere, to live vicariously through words in a way we cannot live directly through life. Perhaps we are the world's great nomads, if only in our minds. [...] This is what I like about traveling: the time on airplanes spent reading, solitary, happy. It turns out that when my younger self thought of taking wing, she wanted only to let her spirit soar. Books are the plane, and the train, and the road. They are the destination, and the journey. They are home.

(Perdonad que lo deje sin traducir, pero es que no me da tiempo.) Si eso os ha hecho asentir, entonces este es vuestro libro. Los Reyes aún están de camino, no digo más.

6 comentarios:

  1. Me matas, ahora estoy como una tonta traduciendo y entendiendo la mitad!! Pero tiene pintazaaaaa!
    Felices fiestas guapa!

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  2. ¡Lo bien que me sienta pasarme por este blog de vez en cuando! Tu rincón muuuy dulce y siempre me da tranquilidad :D
    Me anoto la recomendación y voy a leerme ahora las entradas antiguas que me he perdido jeje
    Por cierto, me he fijado, por primera vez (soy un desastre, lo sé) en que tienes enlazado tu twitter en el lateral derecho; me he ido a cotillear un poco y he visto tu armario de té!!!! Por favor, por favor, por favor, haz una entrada hablándonos de ellos, de tus favoritos... ¡de lo que sea! jaja
    Yo soy una enamorada de Inglaterra como tú, pero variadades de té he probado más bien pocas y pocas son las que me gustan, así que me gustaría guiarme un poco por ti, que pareces toda una experta ;)
    Porrrrfi :D
    Un beso y felices fiestas!

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  3. La última cita. Las últimas frases. ;_;

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  4. "Books are the plane, and the train, and the road. They are the destination, and the journey. They are home." ¡No puede ser más cierto!

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  5. ¡Así es como me siento yo! Las citas lo expresan genial...

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  6. Y con esas citas a ver quien se resiste ahora a añadirlo a la wishlist... Gracias por la recomendación, me ha encantado tu comentario sobre la felicidad que comporta el caos (antes de empezar a contar los libros que leía yo también me pensaba que había leído muchos más...). Un abrazo!

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